TODO LE SALE MAL

*El alcalde de José María Morelos, Erik Borges Yam, continúa con el pago de favores, acciones a las que prácticamente se ha dedicado desde ocupa la silla de edil, pues siempre sus proveedores presentan datos que evidencian su obscuro pasado

*José Manuel Barrera Perera, empresario de Mérida, Yucatán, recibió el número de contrato JMM-DOP-FISM-28/2022, el cual se trató de la “Pavimentación de calles con carpeta asfáltica en frío en la localidad de José María Morelos”, por un costo de 3 millones 192 mil 850 pesos

*El contratista no está registrado en el Padrón de Proveedores del estado de Quintana Roo, pese a que afirmó que sí lo está, pues entregó el falso número 462/2022, que por supuesto no existe. Además, se descubrió que fue beneficiado por José Esquivel Vargas, exmunícipe de Felipe Carrillo Puerto

Redacción/Sol Quintana Roo

José María Morelos. – Los pagos de dividendos a prestanombres siguen a la orden del día en el municipio de José María Morelos, pues el alcalde, Erik Borges Yam, continúa entregando contratos leoninos, las cuales tienen como única función desfalcar el presupuesto del Ayuntamiento, mismo que está endeudado.

El beneficiario en esta ocasión fue José Manuel Barrera Perera, a quien le entregó el objeto de contrato “Pavimentación de calles con carpeta asfáltica en frío en la localidad de José María Morelos”, que comenzó el 29 de junio de 2022 y concluyó el 29 de septiembre del mismo año.

Para el número de contrato JMM-DOP-FISM-28/2022 se erogó un total de $3,192,850.90 (Tres millones ciento noventa y dos mil ochocientos cincuenta pesos 90/100 M.N.), lo que a simple vista puede parecer buena inversión, no obstante, al investigar a fondo se encontraron varias inconsistencias en cuanto al proveedor.

Pues el prestador de servicios, José Manuel Barrera Perera, perjuró al momento de recibir este proyecto que su RFC y su INE están registrados en el Padrón de Proveedores del estado de Quintana Roo bajo el número No. 462/2022, mismo que vencía el 31 de diciembre de 2022.

Sin embargo, durante la investigación de la presente nota, no se encontraron entradas ni datos sobre esta persona física, por lo que hace suponer que solo uso una fachada para recibir el favor de Borges Yam, quien no es la primera vez que le da este tipo de contratos.

De acuerdo con la información proporcionada, el empresario es originario de la capital yucateca, pues su dirección es la siguiente: Calle 52 A Número 617 F, entre 91 y 95, Colonia Centro, Código Postal 97000, Mérida, Yucatán, México.

Pero lo curioso del caso, es que dicho convenio no apareció en las obras que se “transparentaron” durante el 2022, sino hasta un año después, dejando en claro que a “El alcalde reverde” no le conviene dar a conocer sus “obras públicas”, pues claramente están llenas de irregularidades y en caso de hacerlo, tendrá críticas, lo que no le conviene a su tan gastada imagen.

Ese tipo de actos no los puede negar ni ocultar por siempre, por lo que al final sus “sucios negocios” salen a la luz, dejándolo mal parado ante la opinión pública, la cual ya comenzó a hartarse de Erik Borges, pues con cada acción demuestra su poca preparación.

Lo curioso del caso, es que los integrantes del cabildo morelense, quienes palomearon a este proveedor, no se percataron de su obscuro pasado, pues la pandemia le benefició de sobremanera, ya que recibió buen capital por parte de José Esquivel Vargas, exmunícipe de Felipe Carrillo Puerto.

En aquel 2020, esta casa editorial evidenció como dicho Ayuntamiento erogó 14,019,900.84 (Catorce millones diecinueve mil novecientos pesos 84/100 M.N.), para pagarles a sus favoritos, que junto al exedil vieron la oportunidad perfecta para engrosar su billetera ante la emergencia sanitaria que afectó a la mayoría de la población.

No cabe duda que Borges Yam pasa por alguien obtuso, pero que en realidad solo busca su beneficio propio, sin importarle que el municipio que gobierna enfrente serias dificultades como la migración ante falta de oportunidades o actos delictivos que van en aumento.

Y es que mientras dice una cosa, hace otra totalmente diferente, tal es el caso del anuncio que realizó con “bombo y platillo” de la presunta denuncia contra su antecesora Sofía Alcocer, de la cual aún no hay querella, mientras sus nexos con ella son cada vez más evidentes.

Llegando a tal grado de seguir beneficiando a sus proveedores favoritos de la exalcaldesa, por ejemplo, muestra de ello es Seydi Vanesa Cetina Yerves, quien en un principio recibió el contrato con número JMM-DOP-FISM-44/2022 por un primer monto de $3,910,717.54 (Tres millones novecientos diez mil setecientos diecisiete pesos con 54/100 M.N.), para la pavimentación de calles en la localidad de José María Morelos.

Según el documento, el servicio fue para la “Pavimentación de Calles con Carpeta Asfáltica en Frío Segunda Etapa”, el cual tuvo una vigencia a partir del 10 de octubre del 2022 al 8 de diciembre del mismo año.

Lo curioso del caso, es que en dos ocasiones realizó modificaciones al convenio, una al principio y la segunda la final, pues basta decir que a la empresaria le dejó en bandeja de plata dicho proyecto, pues le amplió el margen de recursos, mismo que al final quedó de la siguiente manera: $4,090,717.54 (Cuatro millones noventa mil setecientos diecisiete pesos con 54/100 M.N.).

Mientras, el periodo de entrega y recepción de la obra fue ampliado, aunado a que la “favorecida” no se le conoce alguna licencia expedida por el Registro Público de Comercio, ni en el padrón de proveedores, lo que todas reglas es una clara violación a la ley.

Resulta increíble la hipocresía con la que se maneja el edil de José María Morelos, pues mientras este acapara la atención dándose golpes de pecho frente a los habitantes del municipio, al mismo tiempo vacía las arcas del ayuntamiento en favor de contratistas de la pasada administración e integra a su gabinete a la familia de su “odiada” antecesora.

Pues como se recordará, el pasado mes de febrero, Borges Yam integró por invitación directa a Carlos Pérez Díaz, cuñado de Sofía Alcocer, como su nuevo secretario técnico del Ayuntamiento, decisión que llenó de enojo a los morelenses.

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