MEMO CALDERONI: AMIGO DE NARCOTRAFICANTES
*Sabedor de las relaciones de Calderoni con Félix Gallardo, Javier Coello Trejo le ordenó que lo detuviera, al tiempo que le advirtió que se trataba de una orden presidencial, por lo que no podía fallar
Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo
(Tercera de siete partes)
Ciudad de México.- Como ha ocurrido en la captura de los grandes narcotraficantes, el gobierno estadounidense presionó al gobierno mexicano para que fuera capturado Miguel Ángel Félix Gallardo. La orden fue dada por Carlos Salinas de Gortari.
La recibió Enrique Álvarez del Castillo y este a su vez la transmitió a Javier Coello Trejo, quien sabedor de las relaciones de Calderoni con Félix Gallardo, lo llamó y le ordenó que lo detuviera, al tiempo que le advirtió que se trataba de una orden presidencial, por lo que no podía fallar.
Irónicamente, una semana antes de su captura, Félix Gallardo había compartido el pan y la sal con la plana mayor de la PJF, en un lujoso restaurante de la Zona Rosa, en el que Calderoni estuvo presente.
Con más de un centenar de hombres, Calderoni salió a Guadalajara, Jalisco, concretamente al fraccionamiento Los Arcos, llamado irónicamente por los lugareños como “Los Narcos”. Acordonó el lugar. Rodeó la residencia de Félix Gallardo y tomó la casa por asalto.
Ante el exceso en las acciones, Félix Gallardo reclamó a Calderoni, “qué pasó, compadre, pues de qué se trata”, “compadre, madres, se trata de que son órdenes del presidente. Hay presión de los gringos y no hay de otra. Así que te vas a tener que chingar”.
Impotente y dolido por la traición, Félix Gallardo aceptó su derrota y solo pidió que no tocaran a su esposa. Para ello entregó 8 millones de dólares a su compadrito, quien no tuvo empacho en guardárselos y si bien no tocó a su comadre, si le permitió a su gente que ejecutara la añeja práctica del botín de guerra, apoderándose de todo lo de valor que encontraron a su paso.
La exigencia había sido cumplida y Coello Trejo lo premió con la Dirección General de Operaciones Antinarcóticos. Fue a partir de ese puesto cuando estrechó relaciones con funcionarios y elementos de la DEA, colaborando para detener a mexicanos y entregárselos vía fast track a las autoridades norteamericanas.
Uno de esos casos fue el del médico Humberto Álvarez Machaín, quien fue prácticamente secuestrado en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, por gente de González Calderoni, en acatamiento a las órdenes del agente de la DEA Claudio de la O., con quien el comandante mexicano colaboró en infinidad de capturas y traslados ilegales a la Unión Americana.