¡LARGO HISTORIAL DE DESFALCOS!

*La exalcaldesa de Puerto Morelos, Laura Lynn Fernández jugó al “todo o nada”, pues se llevó lo que pudo. Mientras tanto, la población estaba a la expectativa de su situación, pues debido a la pandemia, no sabía si mañana tendría trabajo

*Según el número de contrato MPM/OM/LRF/ADQ/008-B/2020, mismo que tuvo como objeto la “Adquisición de suministros para alumbrado público”, se “invirtieron” 425 mil pesos, los cuales fueron otorgados a la empresa Megaled del Sureste S.A. de C.V.

*Dicho proveedor, dirigido por David Camhaji Guzmán, no vende luminaria para infraestructura pública, sino para particulares, es decir casas y adornos, detalles que presuntamente no fueron vistos por la exmunícipe, que hoy ya está siendo investigada por dicho Ayuntamiento

Redacción/Sol Quintana Roo

Puerto Morelos. – El paso de Laura Lynn Fernández Piña por el ayuntamiento de Puerto Morelos no fue para gobernar dicho municipio, sino más bien para desfalcar todo lo que pudo, pues sabía que no duraría por siempre en su puesto y tenía que blindarse.

Como, por ejemplo, cuando se autoentregó dos contratos, ya cancelados, con los cuales recibiría cerca de tres millones de pesos mensuales durante 240 meses, es decir 20 años, en los que se quedaría con el 48% del presupuesto federal que dicha alcaldía recibiría, durante ese mismo periodo.

Pero estas adjudicaciones no son las únicas que realizó la exalcaldesa portomorelense, pues fueron tantas sus ganas de “tranzar” que inclusive licitó un contrato público para iluminación… pero de su casa.

De acuerdo al número de contrato MPM/OM/LRF/ADQ/008-B/2020, mismo que tuvo como objeto la “Adquisición de suministros para alumbrado público”, se “invirtieron” $425,000.00 (Cuatrocientos veinticinco mil pesos 00/100 M.N.) para cubrir este rubro.

Lo curioso del caso es que el beneficiario fue el proveedor Megaled del Sureste S.A. de C.V., representado por el tesorero David Camhaji Guzmán, quien ubicó este negocio sobre la avenida Constituyentes N.º. 11, Manzana 11, colonia Gonzalo Guerrero, Código Postal 77710, Playa del Carmen, Solidaridad, Quintana Roo, México.

El cual está dirigido a la iluminación, pero no la pública, sino la privada; es decir, aquella que es decorativa, sobre todo, para viviendas, que, por cierto, son ineficientes para la calle, lo que nos hace preguntarnos, ¿realmente la exmunícipe vio estos detalles?

Todo parece indicar que sí, pues situaciones como estas son prácticamente imposibles que se pasen por alto, pero lo increíble es cómo, a pesar de esto, el negocio siguió adelante.

Aun cuando la vigencia del convenio entre el Ayuntamiento y Megaled del Sureste S.A. de C.V. duró todo el 2020, no hay evidencia de que esta adquisición haya sucedido, pues el contrato público al que tuvo acceso Sol Quintana Roo, es casi imposible de analizar, ya que tiene letras pequeñas y una mala calidad.

Fernández Piña sabe que estas “artimañas” son un método eficaz para ocultar sus corruptelas, pues entiende que cuando se diera a conocer esta información sería cuestionada.

Además, se aprovecha de los vacíos legales al presentar documentos en esta condición, ya que prácticamente cumple con transparentar, pero no tiene la “obligación” de hacerlo de manera eficiente, por lo que sale del paso, a la vez que sigue ocultando su obscuro pasado.

De igual forma, lo indignante es que este negocio tuvo lugar en el momento más álgido de la emergencia sanitaria, cuando todo mundo permaneció en sus casas, muchos sin saber si conservarían sus empleos. Mientras tanto, Fernández Piña gastaba en este tipo de artículos, derrochando el dinero que no es suyo.

Tampoco pudimos constatar qué es lo realmente comprado, pues en ninguna parte menciona con exactitud lo que compró; podrían ser dulces, luminarias o lo que sea.

Y es que la gestión de Laura Fernández trascendió más allá de su periodo al frente del Ayuntamiento, el cual abarcó del 2016 al 2021; es decir, en dos periodos distintos, pero seguidos, pues, a pesar de ya no ser alcaldesa, siguen saliendo más y más cochupos.

Por ejemplo, el número de folio CMPM/CON/APP/02/2021, mediante la modalidad de Asociación Público-Privado, fue entregado al prestador de servicios OFN Quintana Roo S.A. de C.V. para que planifique un proyecto para el desarrollo de un sistema integral de eficiencia energética y mejoramiento de la calidad del servicio de alumbrado público, con cobertura en la totalidad de la zona urbana de la cabecera municipal y en las localidades del municipio, incluidas las zonas turísticas.

En total, para esta obra se entregaron $292,810,459.82 (Doscientos noventa y dos millones ochocientos diez mil cuatrocientos cincuenta y nueve pesos 82/100 M.N.), que sumado a la cantidad anterior de otro contrato similar, son más de 500 millones de pesos.

Al parecer, Laura Fernández tiene una obsesión por las luminarias, pues mucho del presupuesto se fue hacia ese apartado.

Lo cierto es que se blindó hasta los dientes, para que no dejara de recibir el jugoso botín que representa el prepuesto público, pues junto a su esposo, Carlos Alberto Moyano, realizaron dos contratos valuados en 832 millones 416 mil pesos, cantidad que representa el 48% del presupuesto federal que se le otorga a dicha zona por un periodo de 20 años.

Por ello, y ante la falta de eficiencia, se procedió a dar de baja el convenio, aún activo hasta el pasado 4 de agosto, razón por la cual la exedil ya está siendo investigada por las autoridades del municipio que gobernó.

Aunado a que la XVII Legislatura y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ya pusieron bajo la lupa su gestión.

Empero, la exedil, inconforme con la situación, demandó a los integrantes del Ayuntamiento, pero esta medida desesperada sirvió para demostrar que está aferrada a seguir viviendo del erario, por lo que simplemente fue desechada, por lo que, de nueva cuenta, demandó a través de las dos empresas que sirven de prestanombres, OFN Quintana Roo S.A. de C.V. e Inocaribe, S.A. de C.V.

A Laura Fernández nada le funciona y, una vez más, volvió a quedar mal ante la opinión y ante la ley, pues se le negó el amparo, quedándose así sin su jugosa pensión.

Por otra parte, se suman sus nexos con la “mafia rumana”, que fue liderada por Florian Tudor, “El tiburón, pues de acuerdo a una indagación del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés), el rumano, preso en “El Altiplano”, en el Estado de México, efectuó financiamiento ilícitos y redes de lavado de dinero en México.

En dichos documentos figura su nombre y, de acuerdo con gente que pudo constatar los datos expuestos, afirman que Laura Fernández durante su estadía en el gabinete borgista entregó el Estado al rumano, situación que detonó cuando se convirtió en alcaldesa, pues prácticamente puso en bandeja de plata al municipio, por lo que Tudor pudo operar libremente.

A Fernández Piña nada le sale bien, pues no sólo sus negocios caen por su propio peso, ya que también es investigada en el extranjero, lo que supone que estaría preparando sus maletas, por lo que próximamente podría pisar la prisión.

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