GUANAJUATO, REINADO DE TERROR POR ENFRENTAMIENTOS

*El domingo 16 de octubre, 12 personas fueron masacradas dentro del bar “El Texano”, en la colonia 12 de Diciembre, en las afueras de la ciudad de Irapuato. Más de 150 casquillos fueron recogidos por Policías Ministeriales. Testigos de la masacre narraron que un comando armado abrió fuego sin distinción alguna dentro del tugurio

*El 5 de agosto, nueve personas fueron asesinadas en el bar “Los Tres Amigos” en Celaya.  Entre los fallecidos había jóvenes y señoritas de 19 y 20 años

*Como estas, se repiten decenas de historias de terror en el Estado donde “la vida no vale nada”

Noé Zavaleta/Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo

(Segunda y última parte)

Guanajuato.- El domingo 16 de octubre, 12 personas fueron masacradas dentro del bar “El Texano”, en la colonia 12 de Diciembre, en las afueras de la ciudad de Irapuato. Más de 150 casquillos fueron recogidos por Policías Ministeriales. Testigos de la masacre narraron que un comando armado abrió fuego sin distinción alguna dentro del tugurio.

El 5 de agosto, nueve personas fueron asesinadas en el bar “Los Tres Amigos” en Celaya.  Entre los fallecidos había jóvenes y señoritas de 19 y 20 años.

El 21 de septiembre, en la zona centro del municipio de Tarimoro, 10 personas fueron acribilladas en el “Billar Jarras”. Poco importó a los sicarios que enfrente se llevara a cabo la feria del pueblo. La masacre, a través de narcomensajes, se la atribuyó el Cártel de Santa Rosa de Lima, en reprimenda a un anterior ajuste de cuentas del CJNG.

El 23 de mayo, en la colonia Lindavista, fue atacado el Hotel Gala y dos bares aledaños. En cuestión de dos minutos, un grupo nutrido de sicarios asesinó a 12 personas. Esta lluvia de balas cimbró terror en el municipio de Celaya, el cual permaneció durante varias semanas en una especie de “toque de queda”.

En dicho ataque perdieron la vida siete mujeres y cinco hombres. Además, de acuerdo con testigos, el comando armado arrojó bombas molotov en el hotel y dentro de los bares para sembrar aún más el pánico dentro de los civiles sobrevivientes.

El 9 de marzo, en Celaya, seis personas fueron masacradas en el interior del bar “Código Postal 19”, ubicado en la colonia Renacimiento. El “modus operandi” fue el mismo: un comando armado irrumpió de forma violenta a la cantina, abriendo fuego en contra de todo lo que se moviera. Ahí, fue dejado un mensaje de una organización criminal, el cual fue ocultado por las autoridades.

En este escenario de ajustes de cuentas y de ejecuciones, el propio secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha dicho que cada que escucha la frase: “Baños de sangre”, automáticamente piensa en los estados de Guanajuato y Jalisco.

Durante los festejos patrios, 20 personas fueron asesinadas en los municipios de Silao y Romita. Ahí, fueron perpetradas dos masacres en casas particulares, donde comandos armados irrumpieron para abrir fuego contra sus habitantes e incendiar sus vehículos.

En Guanajuato, tramos carreteros que conducen a la capital de Querétaro, hacia los municipios de Apaseo el Alto y Apaseo El Grande, es común ver retenes carreteros delincuenciales, tanto de integrantes de la resistencia del Cártel de Santa Rosa de Lima, pero también de la onda expansiva del Cártel Jalisco Nueva Generación.

En esta lucha encarnizada entre ambos cárteles, la única ciudad que se salva de esta férrea pugna es la capital del estado, la turística Guanajuato, ciudad donde también residen los tres Poderes del estado.

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