GUANAJUATO: LA CAÍDA DE “EL MARRO”

*Guanajuato es un territorio sin ley, controlado por las mafias del crimen organizado. La captura de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, no puso fin a la violencia en ese estado. El cártel Santa Rosa de Lima sigue intacto y está enfrentado por el control territorial con el cártel de Jalisco Nueva Generación

Ricardo Ravelo/Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo

(Primera de seis partes)

Guanajuato.- Nada ni nadie detiene al crimen organizado en Guanajuato y en otras veinticinco entidades federativas donde los cárteles imponen su ley.

En el Bajío las autoridades están rebasadas; todos los días ocurren matanzas, levantones, secuestros y desapariciones forzadas ante los ojos de las autoridades que, por complicidad o incapacidad no pueden frenar esta ola de terror.

La caída de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro”, quien fuera jefe del cártel Santa Rosa de Lima, no puso fin a la violencia en Guanajuato, por el contrario, se ha recrudecido, entre otras razones, porque dicha organización criminal no está extinguida y continúa en guerra con el cártel de Jalisco Nueva Generación, el segundo grupo criminal más poderoso de México, después de Sinaloa.

La organización que fundó “El Marro” se mantiene de pie operando secuestros, extorsiones, asesinatos a sueldo, despojo de propiedades, cobro de piso a comerciantes y el llamado “huachicoleo”, la venta de combustible robado que se extrae de los ductos de Petróleos Mexicanos. Este último negocio mantiene enfrentadas a ambas organizaciones criminales que, además, cuentan con protección oficial y un evidente respaldo policiaco en toda la región de El Bajío.

La semana pasada, Guanajuato volvió a cimbrarse. Un comando armado irrumpió en un restaurante bar localizado en la demarcación de Jaral del Progreso. Este lugar en realidad operaba durante la madrugada como prostíbulo. Había meseras y bailarinas que ofrecían sus servicios a los clientes.

Eran aproximadamente como las 5:30 de la mañana del domingo 27 de septiembre último cuando un comando armado irrumpió en prostíbulo “la Cabaña del Toro” y comenzó a disparar a los clientes. De acuerdo con las versiones policiacas, se trató de un rafagueo que dejó un saldo de once personas acribilladas, siete hombres y cuatro mujeres. Otras personas resultaron heridas y fueron trasladadas a un hospital para ser atendidas.

El restaurante o centro nocturno se localiza a la salida de la ciudad de Jaral del Progreso, cerca de la carretera que comunica con Cortázar. Según algunos testigos, a esa hora de la mañana el lugar se encontraba abarrotado entre la noche del sábado y la madrugada del domingo; De acuerdo con el reporte realizado por las autoridades municipales y la policía al lugar arribaron los sicarios a bordo de varios vehículos, entraron, activaron sus rifles de alto poder y comenzaron a dispararle a la gente.

Los mismos reportes establecen, además, que los muertos fueron clientes y empleados del lugar. Tras el tiroteo elementos del Ejército y la policía arribaron al lugar. Ahí quedaron los cuerpos de las once personas sin vida.

Estos hechos dan cuenta que, a pesar de la captura de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro” la violencia continúa en Guanajuato y pone en evidencia la palabra del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien al rendir su segundo informe de gobierno se refirió a la violencia como un problema pasado: «La delincuencia ya no manda y ya no hay masacres”.

Nada más falso. De acuerdo con datos oficiales, en lo que va del año en el estado de Guanajuato han ocurrido unas 36 masacres, pues en cada evento han muerto más de cuatro personas.

El municipio de Irapuato, según las estadísticas, es el que registra el mayor número de masacres con un total de nueve. Y desde la detención de “El Marro”, efectuada el pasado 2 de agosto, se han presentado al menos cinco eventos violentos de alto impacto en esa entidad.

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