GUANAJUATO: EL ESPLENDOR DE “EL MARRO”
*El Marro se significó a lo largo de cinco años de actividad criminal por el robo de gasolinas en los ductos de Pemex y, en particular, en la refinería de Salamanca, una de las más boyantes en la producción de combustibles
Ricardo Ravelo/Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo
(Segunda de seis partes)
Guanajuato.- La suerte de José Antonio Yépez Ortiz, “El Marro” –líder del Cártel Santa Rosa de Lima –se extinguió el pasado 2 de agosto: Ese día las Fuerzas Federales lo detuvieron la madrugada del domingo 2 en Guanajuato, al implementar un operativo que puso fin a su carrera delictiva de cinco años. En el momento de su captura, también fue liberada una mujer empresaria, quien llevaba varios días en cautiverio. Así, el criminal de El Bajío vio paralizada su actividad delincuencial que sembró terror y muerte en esa región del país.
“El Marro” llevaba un lustro explotando jugosos negocios en Guanajuato con la complicidad de autoridades estatales, alcaldes, síndicos, regidores y empresarios que compraban el combustible robado y le brindaban protección. Esa amplia red de contubernios políticos y económicos sigue intacta, por lo que su captura en realidad no significó el exterminio del cártel Santa Rosa de Lima ni el fin de la violencia en Guanajuato, como lo ha pregonado el presidente López Obrador.
El Marro se significó a lo largo de cinco años de actividad criminal por el robo de gasolinas en los ductos de Pemex y, en particular, en la refinería de Salamanca, una de las más boyantes en la producción de combustibles.
Además de la ordeña de gasolinas, “El Marro” operaba las extorsiones, secuestros, distribución de droga a granel, entre otros; su cártel lo conformaban particularmente miembros de su familia, de donde ahora podría emerger el relevo de Yépez Ortiz, quien está detenido en Guanajuato, pero se asegura que será internado en el penal del Altiplano, en el estado de México, la cárcel de máxima seguridad.
La caída de “El Marro”, quien se había convertido en una pesadilla para el gobierno federal y para la sociedad, no pone fin a la violencia en Guanajuato. El negocio del huachicol lo sigue operando el cártel Santa Rosa de Lima y, por si fuera poco, comparte el territorio con el Cártel de Jalisco Nueva Generación, encabezado por Nemesio Oseguera, el segundo grupo criminal más poderoso de América Latina.
A través de sendos videos –que fueron validados por la Secretaría de la Defensa Nacional –el CJNG lanzó la amenaza directa en contra de “EL Marro”, a quien le declararon la guerra y le aseguraron que eliminarían a su gente con la misma saña que él lo hace con personas inocentes.
Según el secretario de Seguridad Pública Federal, Alfonso Durazo Montaño –quien por cierto ya presentó su denuncia para contender por la gubernatura de Sonora, su tierra natal –Yépez Ortiz ya no tenía dinero ni para para la nómina de su organización; la mayoría de sus propiedades y cuentas bancarias habían sido aseguradas. Ya no vivía en residencias de lujo con alberca. El día que lo capturaron estaba en una casa a medio construir que servía, además, como espacio de seguridad donde estaba alojada una mujer empresaria que, días antes, había sido secuestrada.
De acuerdo con informes oficiales, “El Marro” manejaba unas veinte pipas diarias de gasolina robada que, al ser vendida a sus clientes, le redituaban una ganancia de unos dos millones de pesos diarios. Además, su cártel opera las extorsiones, el secuestro y la venta de droga a granel.
De la mano de policías estatales y bajo el cobijo de políticos y empresarios guanajuatenses, José Antonio Yépez Ortiz, conocido como “El Marro” —jefe del Cártel Santa Rosa de Lima, convertido en una pesadilla en la región de El Bajío durante casi un lustro— se abrió paso en el mundo del hampa hasta consolidar una de las organizaciones criminales más poderosas dedicadas al robo de hidrocarburos en Petróleos Mexicanos.
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