EL MENCHO: LA DISPUTA DE LOS CÁRTELES
*Su poder es inmenso y, pese a que tanto su hijo, esposa y varios de sus subalternos han sido detenidos, el jefe del CJNG sigue libre e impune.
Ricardo Ravelo/Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo
(Tercera de cuatro partes)
Ciudad de México.— De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública, datos de la Guardia Nacional y un reporte basado en información difundida por la prensa de Baja California, las causas de que esa entidad enfrentan tan elevados índices de criminalidad tienen que ver con la expansión del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ahora domina el más amplio corredor de trasiego de droga y robo de combustibles, el cual abarca los estados de Tabasco, Veracruz, Puebla, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco, Sonora y Baja California.
La irrupción del grupo criminal que encabeza Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho” se dio a raíz de que el cártel de Tijuana-Arellano, ahora autodenominado Cártel de Tijuana Nueva Generación, entró en crisis. Sin embargo, después de varios enfrentamientos ambos grupos negociaron una tregua y ahora son aliados en la guerra que enfrentan con el cártel de Sinaloa que también pretende sentar sus reales en Baja California y, sobre todo, en la ciudad de Tijuana.
Y es que la guerra entre cárteles en esta región fronteriza tiene lógica. El grupo criminal que domina la frontera impone condiciones en el negocio, pues obliga al resto de los cárteles a la negociación a fin de cruzar sus mercancías ilegales hacia Estados Unidos.
Un informe policiaco a cargo del Proyecto de Justicia en México, a cargo de la universidad de San Diego, California, señaló que el cártel de Jalisco es una rama de Sinaloa que ha logrado renombrarse, consolidar sus redes y emerger como una de los cárteles más poderosos de México. Esta expansión disparó la violencia.
En el mes de mayo de este año, el estado de Baja California, de nueva cuenta, se colocó como la entidad menos pacífica del país, según reportó la edición del Índice de Paz, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP).
Los datos de dicho informe explican que más de 6 mil personas fueron víctimas de extorsiones en 2019, en tanto que delitos como el narcomenudeo y delincuencia organizada en general aumentaron. Sólo el secuestro y la trata de personas registraron tasas ligeramente bajas, aunque aún está lejos su abatimiento. También aumentaron los delitos sexuales y la violencia familiar.
El informe coincide con las apreciaciones oficiales al señalar que el recrudecimiento de la violencia criminal en Baja California, pero sobre todo en Tijuana, se atribuye a la alianza que sellaron los cárteles de Jalisco Nueva Generación y Tijuana-Arellano, pues esto generó que el cártel de Sinaloa –su acérrimo rival –arremetiera con mayor virulencia con el objeto de apoderarse del territorio, uno de los más codiciados por los grupos dedicados al trasiego de drogas.
Después de Baja California y Guanajuato, principales en la lista de entidades más violentas, le siguen Chihuahua, Colima y Quintana Roo. Atrás quedó Yucatán que, por ejemplo, fue una de las ciudades con mayor dinámica de violencia durante hasta el 2016 y ahora, por tercer año consecutivo, está entre los menos agitados por ese flagelo. Tlaxcala, Chiapas, Campeche y Nayarit, por el contrario, se deterioraron.