EDOMEX: BAJO LA LEY DEL COBRO DE PISO ‘QUIEN NO PAGA SE MUERE’
*El Estado de México ya es un territorio controlado en su totalidad por el crimen organizado: al menos tres cárteles –La Familia Michoacana, Los Viagras y el Cártel de Jalisco– se disputan el control de jugosos negocios como el secuestro, venta de droga y el llamado cobro de piso, que se impone en todo el estado.
Ricardo Ravelo/Corresponsalías Nacionales/Grupos Sol Corporativo
(Primera de cuatro partes)
Estado de México.- Crímenes, desapariciones, feminicidios, emboscadas contra policías y un perturbador cobro de piso son los flagelos que ocurren todos los días en el Estado de México.
La entidad está atenazada por tres cárteles de la droga: La Familia Michoacana, Los Viagras y algunos brazos del cártel de Jalisco Nueva Generación, ésta última es considerada la organización más bélica del país y ahora disputa el control territorial con los grupos mencionados.
La Familia Michoacana es el grupo criminal que más municipios domina en el Estado de México; en todas las demarcaciones ha impuesto su ley a base de muertes, venganzas y amenazas a la población en general, pero particularmente a los comerciantes, pues les exigen el llamado cobro de piso y para ello les piden “de la manera más atenta” que aumenten los precios de sus productos para cubrir la cuota semanal, quincenal o mensual al grupo delictivo.
Este flagelo perturbador ha sido denunciado por algunos comerciantes en el municipio de Luvianos, demarcación localizada a unas tres horas de Toluca, muy cerca de Tejupilco, entraña del crimen.
Cuentan que los sicarios y operadores de La Familia Michoacana arribaron al lugar y anunciaron su irrupción con mantas en las que destacaban sendos mensajes respecto a su presencia en el lugar; ofrecieron limpiar de violencia el territorio, pero les pidieron a los comerciantes pagar su cuota correspondiente. Y tras la petición vino la amenaza: “El que incumpla se muere”.
Entre los comercios que ingresaron a la lista del crimen figuran gaseras, tortillerías, tiendas de abarrotes, molinos de nixtamal, carnicerías, pollerías, pescaderías, tlapalerías, talleres mecánicos y talacheros (levanta ponches), juguerías y misceláneas.
El cártel michoacano también pasó la charola por las purificadoras de agua, veterinarias, tiendas de alimentos para ganado de todas las especias y razas y no quedaron fuera del “entre” los negocios dedicados a la venta de materiales de construcción, mueblerías ni los espacios comerciales que ofertan aparatos eléctricos y materiales para electricidad.
Los talleres de torno y soldadura recibieron el mensaje de que debían pagar el piso correspondiente, así como hoteles, moteles y casas de asistencia, cocinas económicas, fondas y hasta los llamados changarritos que venden fritangas deben cubrir, puntualmente, su pago a la Familia Michoacana.
El mensaje criminal también llegó a los tianguis que se colocan en calles céntricas los fines de semana o días festivos: ahí deben pagar los vendedores de plásticos, ropa, comida, zapatos y también los que ofertan utensilios de cocina. El modesto taquero ambulante no se escapa. El piso también lo deben pagar despachos contables, negocios dedicados a los bienes raíces y hasta el vendedor de una propiedad debe reportar la venta de una casa o automóvil y pagar por ello.
El mensaje del crimen organizado solicitó a todos los comerciantes de Luvianos, Estado de México, aumentar el precio de sus productos entre un tres o cinco por ciento a fin de que “su economía no resienta” y así puedan cumplir con este pago. “A cambio, recibirán protección”, ofrece el cártel de La Familia Michoacana.