CASO COLOSIO: LOMAS TAURINAS; EL SITIO DE LA MUERTE

*El candidato a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio Murrieta, había sufrió un atentado en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California

Corresponsalías Nacionales/Grupo Sol Corporativo

(Primera de seis partes)

Tijuana.— Aún tengo fresco en la memoria aquel miércoles 23 de marzo de 1994. Pasaban las siete de la noche cuando Verónica, mi esposa, me pidió que viera la noticia que transmitían en la televisión.

Una y otra vez, las imágenes se repetían. Una mano con un arma de fuego se estiraba hacia la cabeza de Colosio y se veía como una detonación impactaba contra el cráneo del candidato.

El candidato a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio Murrieta, había sufrido un atentado en Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California.

Me quedé pasmado. Recordé la plática que había tenido el domingo 2 de enero de ese 1994 con mi prima Rosa sobre el levantamiento zapatista y del futuro del candidato presidencial. Recuerdo que le había dicho que las presiones eran muchas y que Manuel Camacho Solís no se iba a quedar tranquilo hasta no lograr ser el candidato presidencial. Que podrían pasar muchas cosas. Lo más viable era que “enfermaran” al candidato, pero lo más lamentable sería que lo mataran.

Recuerdo que lo mismo habíamos comentado Alejandro Almazán, Pedro Díaz, Fermín Sada y yo en la redacción de la revista Macrópolis… Y eso había pasado ya…

Liébano Sáenz, secretario de Información y Propaganda de la campaña de Colosio, informaba que el candidato había fallecido y que el presidente Carlos Salinas de Gortari se comprometía a que no quedaría impune el “artero crimen”. “Todos los autores, intelectuales y materiales, recibirán todo el peso y el castigo de la ley”. Y remataba: “el asesinato de Colosio es una ofensa para todos los mexicanos”.

Inmediatamente, me comuniqué con Ramón Márquez, director editorial de la revista Macrópolis, donde trabajaba entonces. Me pidió que estuviera atento a lo que se decía y que me preparara, porque lo más seguro era que viajara al día siguiente a Tijuana.

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